¿"Actualizar la izquierda"... o mas bien "inercia ideológica"?



Enviado por: Carlos Garcia

Por: José "Chevo" Lares | Martes, 21/01/2014 07:35 AM 

Cuando el comandante Chávez marco rumbo hacia el socialismo lo hizo consciente de la urgencia de cambiar de realidad. Con su infinita capacidad de visión, también logró percibir que las condiciones para lograr un cambio tan trascendental eran precarias debido al nivel de conciencia del venezolano. Para nadie debe ser secreto ya, y para él lo fué mucho menos, que Venezuela durante largo tiempo fue el experimento social por excelencia del capitalismo norteamericano. El nivel de distorsión que lograron los gringos en la conciencia del venezolano es enorme, tanto que aun hoy después de 14 años de iniciado el proceso, la resistencia al cambio es dura y sobre todo, feroz.

 El asunto tiene su lógica. Venezuela ha sido acostumbrada sistemáticamente a no producir. Y cuando digo "a producir" lo hago en toda la extensión del término. La producción, en líneas generales, ha sido siempre a la sombra de la industria petrolera. Al menos asi ha sido en los últimos 60 años. Venezuela pasó de ser un país agrícola y gran exportador de rubros a ser un país monoproductor de petróleo y gran importador. La explicación es simple. El dinero generado por la renta petrolera sirve para alimentar el estado, quien funge como el "gran inversor" de nuestra economía, mientras la "empresa" privada se auto limita a recolectar esa renta importando y comercializando dentro del territorio. Nadie produce, no porque haya escases de divisas, sino porque el arcaico proceso económico criollo se reduce a una simple ecuación: el estado paga y el capitalista se apodera de ese dinero. La "empresa" venezolana le huye al compromiso. Le es muy fácil adquirir divisas para importar de todo y vender con el menor riesgo posible. No compite. No rebaja.
  No ofrece variedad. Nada. No lo hace porque no le interesa. No es su meta.

 Su objetivo es acumular riqueza, así que pensar que dentro de esa clase existen interesados en construir una alternativa distinta a esta, tan favorable a sus intereses, es una suprema ingenuidad, por no ofender con el término correcto. El modelo económico venezolano, mas allá de bizarro, genera en la población una conciencia egoísta, derrochadora, aislacionista, recelosa al cambio. 

Es el verdadero meollo del asunto: las formas de propiedad y de producción tienen efecto directo en la conciencia de la población. Es la razón por la cual el pueblo venezolano es especialmente reacio a otra manera de vida. El objeto de estas líneas es resaltar las causas por las que el venezolano ofrece gran resistencia al cambio socio-cultural-económico que supone el socialismo, tanto por los factores antes expuestos, como por otros tantos que me abstengo de abordar para no hacer indigerible este texto, pero que de seguro ya ustedes conocen bien.

Hay que dejar bien claro que el capitalismo para nada es natural y menos aún, sano. No es una consecuencia del acumulado histórico-cultural humano ni de leyes ancestrales o universales. Es una simple distorsión de la sociedad donde un minúsculo grupo tiene de esclavo, conscientes o no, al resto de la masa poblacional.

En esos términos es que se plantea la urgencia del cambio al socialismo: por justicia. No por moda, o por ecologismo aunque bien lo valga. Al socialismo se debe ir sin excusas, pues nada justifica la permanencia de un sistema tan antinatural como el capitalista.

Me asquea como algunos y algunas, auto declarados "de izquierda", pretenden hoy en día manipular el dificultoso camino  que ha desandado cada intento por instaurar el socialismo a lo largo de la historia. Atribuyen los fracasos a factores fútiles, banales, a cuestiones de forma, de estilo. Esto es una mamarrachada. Decir por ejemplo que el socialismo cubano ha "actualizado" debido a que necesitaba modernizarse es una brutal manipulación. Cuba, el único proceso encaminado verdaderamente hacia el socialismo, ha debido (peligrosamente) incorporar categorías económicas propias del capitalismo, obligada por el aberrante bloqueo estadounidense y el apatismo de los países de américa latina, que se han comportado como cobardes ante la injusta imposición gringa. Esa es la gran verdad de fondo. No se puede culpar al socialismo de los fracasos. Hasta el mismísimo capitalismo gringo habría claudicado de haberse sometido a una presión tal. Pero... toda excusa es válida para los manipuladores.

Cualquiera que sea el ejemplo de fracaso en la implementación del socialismo tiene un origen en el mismo punto: la ideología de la dirigencia. Las distorsiones que llevaron cada intento a la inexorable derrota se originaron por una praxis errónea de la teoría revolucionaria, por utilizar versiones "light" del marxismo, por la incapacidad de eliminar el alma del capitalismo que es la propiedad privada y su consecuente forma económica. Tanto en la Rusia soviética, pasando por la China "comunista" de hoy, hasta el vapuleado "socialismo venezolano", los fallos, retardos y distorsiones se han originado en la vacilante y timorata conciencia de sus cuadros superiores. Gente con "inercia ideológica" que es incapaz de ver mas allá del capitalismo realmente.
La falta de precisión en la conciencia que mueve a una revolución es sentencia de muerte. Puede convertirse en un vía crucis de larga agonía o una violenta ruptura al fascismo. Todo depende del grado de debilidad de la conciencia popular.

El dirigente que padezca severas deficiencias en la conciencia es reacio a la crítica, animoso en colgar remoquetes a sus adversarios e incapaz de abandonar el modo de vida aburguesado. En su discurso son comunes los ataques a colegas con epítetos tan funestos como "dogmáticos", "ultraizquierdistas", "infiltrados", todo aquello que sirva para descalificar a quien le critique y así ocultar su debilidad ideológica. El propio "revolucionario Cool", no es otra cosa mas que un amante secreto del "american way of life" y perenne propugnante de la tercera vía (llamada hoy revolución pacífica, socialismo moderno, revolución ciudadana, etc.). Es fácil detectarlo. El asunto se pone feo cuando esta clase de "revolucionario light" ocupa posiciones de vanguardia dentro de una revolución. Desde allí, su timorata ideología va horadando la conciencia de la base y atacando a quien se atreva a señalar su desviación. Uno de los dichos favoritos de esta clase de sujetos es "nadie tiene la fórmula mágica para construir el socialismo". Otra también muy usada es "el socialismo hay que construirlo desde cero", "inventamos o erramos", etc. Pues, no se si sea mágica o no, pero existe una fórmula para construir el socialismo: "construir riqueza a partir de la conciencia y no conciencia a partir de la riqueza". Frase del gran Fidel Castro por cierto que encierra una gran lección: para llegar al socialismo hay que sembrar conciencia socialista, y para sembrar conciencia socialista hay que sembrar ideología socialista. Mas nada.

 Ahora cabe la pregunta... ¿Se puede sembrar ideología socialista y vivir dentro de una sociedad capitalista? La respuesta es no, porque está  demostrado hasta el cansancio que cada sistema social genera una conciencia que a la vez lo reproduce y sustenta. Tomando en cuenta esto, por mucho que gastemos horas y horas en formación socialista, el esfuerzo se diluirá dentro del sistema capitalista y su mecanismo vital de sustentación. Eso es una realidad que parece no ser tomada en cuenta por quienes desdeñan de la experiencia revolucionaria y de la amplísima literatura a propósito. Peor aún, ante la mínima argumentación teórica, recurren a su epíteto favorito: DOGMÁTICOS.

Es difícil lidiar con una situación así. Vale preguntarles a estos camaradas si la tan cacareada propuesta de actualización del socialismo" o renovación de la izquierda" realmente está basada en necesidades reales o en un acto-reflejo de su propia falencia ideológica. Sobre todo, habría que preguntarles si sus directrices cada vez más alejadas de alguna posibilidad socialista son exentas de críticas o de que modo podría, ante su tozudez e inflexibilidad, colarse alguna observación por parte de quienes entienden a cabalidad la real necesidad de ir al socialismo, sus verdaderos dolientes: los mentalmente emancipados.

No creo que se atrevan a responder.
José "Chevo" Lares. @ComunistoideChe.Bombolonmp4@gmail.com



Publicado por: Yadira Gonzalez

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