Enviado por : Macario Sandoval
Artículo
| Enero 20, 2014 - 7:33pm
Yvke
Mundial/AVN
Lenin /Foto archivo |
“Lenin fue desde el primer instante no solo un
teórico de la política, un filósofo de la política, sino un hombre de
acción, un hombre de práctica revolucionaria constante e incesante”, así
calificó en 1970 el líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, a Vladimir
Illich Ulianov, mejor conocido como Lenin, la figura decisiva de la gran
Revolución de Octubre de 1917, que permitió la conformación de la Rusia
Soviética.
Este 21 de enero se cumplen 90 años de la
desaparición física de Lenin, quien falleció en 1924, a los 54 años de edad,
tras sufrir un derrame cerebral, víctima de las secuelas de un atentado contra
su vida.
El atentado se produjo el 30 de agosto de 1918,
cinco años y medio antes de su muerte, cuando Lenin salía de la fábrica de
Michelson, en Moscú, donde había hablado con los obreros. El revolucionario fue
alcanzado por tres balas envenenadas.
Fidel cataloga a Lenin como aquel hombre que puso
en práctica la doctrina de sus dos grandes maestros: Carlos Marx y Federico
Engels.
“Le correspondió desarrollar aquella doctrina
(marxista) y aplicar aquella doctrina en condiciones tan difíciles, que resulta
verdaderamente imposible imaginársela en situaciones peores”; puesto que Lenin
surgió “en el seno de un país donde la inmensa mayoría de la población era
campesina y donde predominaban todavía condiciones absolutamente feudales,
donde incluso cualquier dogmático del marxismo habría considerado que sería el
último país de Europa o uno de los últimos en llevar a cabo la revolución
marxista”.
Un excepcional líder
El sociólogo y doctor en ciencias políticas
argentino Atilio Borón, califica a Lenin como un excepcional líder político,
puesto que “fue el principal dirigente de la Revolución Rusa, fundó la
República Soviética, que luego se convertiría en Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas, resistió las agresiones y sabotajes de las
'potencias democráticas' de su tiempo y creó la Tercera Internacional, fiel al
internacionalismo proletario y a las necesidades organizativas de la revolución
mundial”.
Al igual que Fidel, Borón aclara que en la labor de
Lenin “no había una pizca de academicismo”, porque “toda su obra escrita
tenía un sólo norte: posibilitar el triunfo de la revolución socialista que
debería poner fin al dominio zarista y al capitalismo”.
Acabar con el capitalismo
El espíritu revolucionario de Lenin sigue vigente y
toma mayor peso a raíz de la crisis del capitalismo internacional. Su visión
está presente en los espacios donde se combate al capitalismo y al
imperialismo.
En América Latina y El Caribe estos espacios
comenzaron a multiplicarse, con Cuba a la vanguardia, a partir de 1999, cuando
llegó al poder en Venezuela Hugo Chávez, padre de la Revolución Bolivariana.
En 2010, Chávez recordó la mirada que tenía Lenin
sobre el capitalismo. Durante un acto en la fábrica de Venirauto, el 15 de
junio de ese año, el líder revolucionario leyó un fragmento del libro “Sobre el
problema de los mercados”, escrito por el dirigente ruso.
“Por capitalismo se entiende la etapa del
desarrollo de la producción mercantil en la cual no sólo los productos del
trabajo humano, sino la misma fuerza de trabajo del hombre se transforma en
mercancía. De esta manera, en el desarrollo histórico del capitalismo
resaltan dos momentos: 1) la transformación de la economía natural de los productores
directos en economía mercantil, y 2) la transformación de la economía mercantil
en economía capitalista”.
En ese apartado, Lenin explica que “la primera
transformación se efectúa en virtud de la aparición de la división social del
trabajo, la especialización de los productores individuales y aislados
dedicados sólo a una rama de la industria”.
Mientras que “la segunda transformación se realiza
en virtud de que los productores individuales, al producir cada uno
aisladamente sus mercancías para el mercado, se colocan en posición de
competidores: cada uno trata de vender más caro y comprar más barato, lo que
necesariamente da por resultado el reforzamiento del fuerte y la caída del
débil, el enriquecimiento de la minoría y la ruina de la masa, que conduce a la
transformación de los productores independientes en obreros asalariados, y de
muchos establecimientos pequeños en pocas empresas grandes”.
Por ello, Lenin planteaba y puso en práctica una
nueva sociedad, basada en relaciones de producción en las que el ser humano
esté por encima del capital.
Publicado: Yadira Gonzalez
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