Juan Alberto Sánchez García
Jueves 20 Febrero 2014
La Biodiversidad que poseen los
países andinos: Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela, es sencillamente
estratégica, desde el punto de vista de la alimentación y mantenimiento de los ecosistemas. Estos países tienen en común
muchas cosas, desde lo cultural hasta lo agroalimentario, de allí la importancia
de implementar programas andinos comunes.
En los andes venezolanos y
específicamente en el estado Táchira, hemos venido sistemáticamente perdiendo
una serie de cultivos, cuya mayor importancia estratégica es que son nativos lo
que ofrece la ventaja que esta garantizada su producción sin la importación de
insumos.
En varios municipios del Táchira,
específicamente en Uribante, José María Vargas y Jauregui, hay cultivos andinos
en proceso de extinción y que fueron la base de la alimentación de otras
generaciones, podemos citar entre otros, una leguminosa de gran valor proteico
como lo es El Gallinazo, un maíz amarillo de excelente calidad para hacer arepa
y chicha y El San, del cual se extrae la harina conocida como Sagú.
El gallinazo, es una especie de
frijol de color verde, que se siembra en los campos tachirenses casi que en
forma marginal, es decir, sin aplicarle ninguna técnica agrícola de mantenimiento,
fertilización y riego, y sin embargo su nobleza de cultivo
andino hace que se produzca este grano el cual se
prepara como sopa.
El maíz amarillo, es un cereal
único de estas alturas por encima de los 1500 a 1800 metros sobre el nivel del
mar, su calidad no tiene discusión y ha formado parte integral de la
alimentación del andino, para su arepa y chicha.
El San, es un rizoma pero digámoslo es como un
tubérculo, de gran valor alimentario y tradicional en nuestro Táchira; del San se extrae la harina conocida como
Sagú, que tiene muchos usos no solo alimenticios, sino industriales y farmacéuticos.
Mencionamos estos tres cultivos, solo para ilustrar al
lector de las bondades que tenemos en el campo andino, como alternativa alimentaria
con la gran ventaja de ser cultivos autóctonos y no tener que depender de
semillas importadas para producirlos, con la bondad de su valor nutritivo y con
la virtud de ser originarios de la región andina.
El Sagú ha sido una harina cuya
versatilidad va desde el uso en la industria farmacéutica como cubrimiento para
las pastillas, pasando por el uso casero en atoles, mazamorras y los bizcochuelos que es una torta de muy buena
calidad y aceptación por el paladar hasta el uso industrial como pegante.
Qué nos ha pasado entonces? Que
la dinámica de la sociedad ha venido aceleradamente cambiando nuestros hábitos
alimenticios, sin importarle en la mayoría de las veces, las consecuencias en
la salud que esos cambios han traído.
El Sagú por ejemplo fue
paulatinamente sustituido por las
harinas de arroz y mezclas de otros cereales, como alimento para los niños y
los adultos mayores, por eso hoy su producción es muy escaza y los precios son
elevados.
Hay en los centros de
investigación y universidades tachirenses, varias investigaciones al respecto
que se pueden y deben actualizar, para promover con las alcaldías, programas de
rescate y relanzamiento de estos cultivos, que por lo demás, hoy tiene buena rentabilidad económica, por
su demanda insatisfecha y escasez del producto.
Es necesario que la gobernación
del estado Táchira, se proponga como un coordinador
promotor, a refundar la agricultura tachirense sobre la base de sus
potencialidades y capacidades locales, para diversificar la actividad agrícola.
Publicado por Yadira Gonzalez /Comunicadora popular
Yo quisiere que el amigo que escribio ese articulo tan interesante, me explicara porque desde su espacio que ejercio durante tanto tiempo, no genero alternativas para poner en practica eso que escribe tan interesante, tuvo el poder , los medios, porque fue gerente de una institucion tan fundamental como FUNDACITE- adscrita al ministerio de Ciencia y tecnologia, que le paso? fue mas de lo mismo.
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