Enviado por
Gabriel Omar Tapias
Daniel Ceballos -Alcalde de San Cristobal /Foto archivo |
En
conversaciones con una amiga de campo, de los altos de El Zumbador, yo le
pregonaba, de que en San Cristóbal y el mundo, se decía que esta violencia dada
en las calles era una “violencia pacífica”. Le remarcaba, que el Alcalde Daniel
Ceballos, con mascara en su rostro, manifestaba ante un grupo de estudiantes
“Nuestra violencia, es una violencia pacífica”, y, como resultado de ello
quemó la ciudad.
Las “Violencia pacifica” se tradujeron en humaredas,
barricadas, motorizados tarifados que quemaban aquí y allá y luego, sin algún
apoyo popular, desaparecían y se escondían en las casas de sus financiadores,
de ello los estudiantes estaban ausentes. Ello y mucho más, era lo que impedía
que cientos de productores agrícolas no pudieran colocar sus verduras, frutas y
flores en la gran ciudad.
Esa “violencia pacífica”, aterrorizaba niños y
adultos, dañaba aires acondicionados de clínicas y casas, se quemaron
edificaciones del estado, causó muertes por impedir el tránsito de enfermos,
pero, la violencia pacifica no paga muertos. Ante ese nuevo concepto de
“violencia pacífica”, nacían vociferias en los pulpitos, era discurso de
las viejas beatas en cada calle, jóvenes desocupados y de grupos de una
oposición frustrada de las tantas promesas de que “ahora si cae el chavismo”.
Le contaba a mi amiga de campo, como padres de familia sacaron sus basuras,
cauchos, chécheres, gasolina y las llevaron hasta las barricadas que obstruían
sus calles, parecía que brotaba de sus corazones los mas insondables valores de
la miseria humana y dejaban atrás sus mascaras de rezadores de Cristo y
predicadores de la paz; de la noche a la mañana parecía despertar en ellos lo
bestia y así la ciudad fue quemada.
Sin embargo, ante mi opinar, de eso que
pareciera cierto, se opaca ante la reflexión de una señora inteligente, la cual
lánguidamente levantaba su voz y me decía, “esto pasa porque los chavistas no
estamos organizados”….”lo nuestro es una violencia pasiva” que en el fondo
también tiene sus muertos. Y prosiguió, a nosotros los chavistas no ha
violentado el mismo chavismo y si no veamos; en una madrugada cualquiera se nos
impuso unos candidatos a diputados, ratificados por Caracas; los Consejos
Comunales a lo que con calificativo de desprecio, ciertos grupos de la
oposición nos llama “colectivos”, están inactivos por la dedocracia política;
los altos funcionarios de este gobierno “de calle” no cree en las misiones
sociales, ni en los Consejos Comunales.
Acá en El Cobre, un dedo mágico nombró
a técnicos agrícolas del INSAI y el Centro Ecológico y en esta guerra de
“Violencia Pacifica”, resulta que no les conocemos y por el contrario, su
ausencia, no permiten guías de traslado de alimentos, creando en estos días,
nosotros mismos barricadas desde nuestra falta de mecanismos efectivos. Los
delegados, fueron nombrados por el Gobernador Vielma, sin consulta de las UBCH
y de los Consejos Comunales. Esas decisiones, esa burocracia política es
“violencia pasiva”. Tenemos un diputado, que suplió a la actual Ministra “la
fosforito” y nadie sabe quién es ese señor, pero está apoyado desde Caracas.
El
gas en el Táchira, es dirigido por elementos políticos impuestos por Caracas,
repudiados por el colectivo político, lo que ha sacado al gas de las
calles y hoy cruza la frontera, mientras que nosotros hemos vuelto a cocinar
con leña.
La Unefa es dirigida, por factores recalcitrantes de derecha, el
cemento es manejado por una famosa fundación “por la patria”, dirigida por militares
y una diputado regional, que deja que desear y crea toda la suspicacia del
mundo. Los diputados del Consejo Regional, a pesar de no ser elegidos por el
colectivo, se le suma su ineficiencia política, ya que no son ni siquiera
conocidos por las UBCH, eso y más, ello y lo otro que pudiera agregarle aquí en
este momento es “Violencia pasiva”.
Esas cosas y nuestra falta de organización
ha llevado a la consolidación de un medio de cultivo, para que aflore “con
arrechera”, los mas insondables sentimientos de la miseria humana y se haya
quemado la ciudad de San Cristóbal, Cordero, Rubio y Ureña, en lo que usted
dice, que se ha denominado “Violencia Pacífica”. Tratando de salir a la ayuda
de lo imposible, agregué “Mientras que la gente de los Altos de Pirineos y
altos de la Ciudad, queman sus calles y apoyan la quema de Cotatur, la gente de
San Josecito, estupefactos no creen lo que allí sucede y después de todo,
es a ellos, que quienes se creen elites, les dicen “tierrudos””. La
amiga, metiéndose sus manos en la rodilla expresó, la historia dirá al final de
cuentas, quienes fuimos más violentos “los pasivos” o “los pacíficos”. El
silencio recorrió mi cuerpo y me quedé pensando “¿será que la miseria humana
nos es transversal?”.
Publicado por Yadira Gonzalez /Comunicadora Popular
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