La presencia de este molusco no solo en las zonas rurales sino en pueblos y ciudades, mantiene preocupada a la colectividad porque, aunque parezcan inofensivos representan un riesgo para las personas, los animales y la producción agrícola. Es una amenaza para varios ecosistemas.
Qué es, por qué es peligroso y qué hacer para eliminar y controlar esta especie
Juan Diego Ramírez, director del Ministerio de Ecosocialismo en esta entidad andina, explicó a detalle qué es, por qué es peligroso y qué hacer para eliminar y controlar esta especie que ha despertado la alarma en muchas personas pero que otras, probablemente, aún desconocen.
El caracol africano, conocido científicamente como Achatina fulica, representa un riesgo bacteriológico para los seres humanos, cultivos, aguas y mascotas.
Según Ramírez, el caracol gigante de África llegó a Venezuela y otros países de Suramérica hace 30 años aproximadamente. Se presume que lo trajeron para uso cosmético, cuando la moda de la baba de caracol, porque esta especie segrega más sustancia.
Presencia en varios municipios del Táchira
Detalló que a nivel del estado Táchira hay brotes significativos de este animal, como sucedió en el municipio San Judas Tadeo, donde tomaron el antiguo acueducto.
Esta estructura tuvo que ser acordonada mientras los combaten, como lo viene haciendo la empresa hidrológica del Estado y la gente de la alcaldía.
También se han visto brotes en otras poblaciones como El Valle, municipio Capacho Nuevo; varios sectores de Cárdenas, Andrés Bello, San Cristóbal, entre otras zonas del estado.
Sin depredadores
Ramírez informó que este molusco, por ser una especie invasora y ajena a los ecosistemas de estas latitudes, no cuenta con depredadores ni con controles biológicos, por lo que proliferan rápidamente.
“Es diferente al caracol que conocimos en nuestra infancia, el caracol rosado de dos antenas que veíamos en nuestros patios”, comentó Ramírez.
Son muy peligrosos
El peligro es la contaminación que el caracol africano produce sobre aguas, cultivos o directamente a las personas y mascotas.
Representan un riesgo para la salud porque es un poderoso transmisor de enfermedades, debido a que su baba contiene diversos parásitos y bacterias.
Adquiere los parásitos de los ratones y los transmite a mascotas y humanos, incluso intensifica su acción. La baba de este animal puede ocasionar graves enfermedades como meningitis y encefalitis, además de diversas patologías estomacales. Es un problema de salud pública por su rápida proliferación.
¿Cómo afecta a los cultivos?
El caracol africano es un potencial problema para la agricultura, para la salud pública y en la biodiversidad. Sobre los cultivos genera daños; pero más que eso, el problema es la contaminación, que hace que el maíz, la yuca, la lechosa, auyamas, en fin, los cultivos que tiene la gente en los solares de sus casas, en los huertos o sembradíos se contaminen.
Esto es un vector importante para que se transmitan al ser humano y que lleguen a un mercado, a una carretera, a un guacal, a un semáforo, en fin, a muchos sitios.
¿Por qué se reproducen tan rápido y dónde se encuentran?
Por un lado, las razones climáticas; por otra parte, la falta de control. Además, es hermafrodita, es decir, tiene órganos reproductores masculino y femenino, tiene la facultad de autofecundarse cuando es adulto.
En caso de que se trate de caracoles de tamaño similar, ambos pueden fertilizar los huevos del otro de forma simultánea durante la copulación. Luego de unos 8 a 20 días el caracol pone entre 100 y 500 huevos en un nido de tierra o entre rocas y vegetación.
¿Cómo combatirlo?
El Ministerio de Ecosocialismo aprobó un protocolo sencillo para el control y erradicación de esta plaga que consiste en tres pasos o niveles: Identificarlo, recolectarlo y eliminarlo.
Es preciso tomar en cuenta que mayormente está activo durante la noche o muy temprano en la mañana, antes de que el sol caliente.
Durante el día permanecen en estado latente, muchas veces enterrados bajo el suelo, por eso el mejor instante para la colecta de la especie son esos dos momentos.
¿Cómo se identifica?
Para la identificación hay que tomar en cuenta que la concha del caracol africano es muy cónica, más puntiaguda, con rayas alternas longitudinales de color marrón oscuro y crema -los jóvenes las tienen más amarillentas-.
Deben utilizar guantes de látex y usar tobos plásticos para la recolección
En su cabeza tiene cuatro antenas en lugar de dos, puede llegar a medir más de 20 centímetros. Los huevos son amarillentos.
Importante es no intentar manipularlo sin protección o sin estar preparados para cumplir todo el protocolo de eliminación. Deben utilizar guantes de látex y usar tobos plásticos para la recolección que debe ser manual, depositar en el envase uno por uno.
Una vez culminada esta primera etapa procedemos a preparar una mezcla con tres partes de agua y una de sal común, un producto de bajo costo y muy asequible.
A tres litros de agua se le añade un kilo de sal. En el caso de los tobos de 20 litros, la relación es a 16 litros de agua se le añaden por lo menos 4 kilos de sal.
El nivel de la mezcla debe cubrir la cantidad de caracoles africanos recolectados. Luego se tapa para evitar que alguno se vaya a fugar, y se deja durante un periodo mínimo de cuatro horas.
La tercera etapa del proceso es la eliminación. Se cava un agujero de, al menos, 50 o 60 centímetros de profundidad para enterrar los animales, luego pueden echar cal.
Este proceso debe ser continuo porque es de saneamiento, control y limpieza. No es único. Hay que estar pendiente para contenerlo y evitar que vaya migrando hacia nuevas localidades.
Qué debemos hacer si los conseguimos
Importantísimo, no deben pisarse, porque en los zapatos nos podemos llevar los huevos para otros lugares, incluso a nuestros hogares.
Eviten en lo posible triturarlos.
No trasladarlos ni vivos ni muertos de un lugar a otro, jamás deben botarlos en la basura, recoger las heces de los perros porque los caracoles se alimentan de ella, no consumir agua ni alimentos donde se encuentren, y el manejo adecuado de los desechos sólidos.
Con información de Diario La Nación
Publicar un comentario