La cifra de los niños asesinados en Gaza es mucho más alta que la registrada en todas las guerras del siglo XXI



El conflicto entre Israel y Palestina ha vuelto a estallar con una violencia sin precedentes, dejando un saldo de miles de muertos y heridos. Sin embargo, el más alto precio lo están pagando los más inocentes: los niños. Según el Ministerio de Salud de Gaza,  más de 12.000 palestinos muertos, más de 32.000 palestinos heridos, más de 4.650 niños asesinados, más de 3.650 mujeres asesinadas, desde el inicio de la reciente escalada violenta del 7 de octubre. Esta cifra supera con creces el número de niños asesinados en otras guerras del siglo XXI, como la de Afganistán, Irak, Siria o Libia.

Los niños de Gaza no solo sufren la muerte, sino también el trauma, la desesperación y el desplazamiento. Muchos de ellos han quedado huérfanos, heridos o discapacitados. Otros han tenido que abandonar sus hogares y buscar refugio en escuelas o sótanos, donde escasean el agua, la comida, el combustible y los medicamentos. Algunos han sido testigos de cómo sus padres, hermanos o amigos eran masacrados por las bombas o los escombros. Todos ellos han visto truncada su infancia y su futuro por una guerra que no entienden ni han provocado.



La situación de los niños de Gaza es una violación flagrante de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario, que prohíbe atacar a civiles, especialmente a los más vulnerables. Israel, como potencia ocupante, tiene la obligación de proteger a la población palestina bajo su control, y no de someterla a un castigo colectivo. Asimismo, Hamás y otros grupos armados palestinos deben cesar el lanzamiento indiscriminado de cohetes contra Israel, que también ha causado la muerte de niños israelíes.

La comunidad internacional no puede permanecer impasible ante esta tragedia humanitaria. Es urgente que se imponga un alto el fuego inmediato y duradero, que se permita el acceso de la ayuda humanitaria a Gaza y que se reanude el diálogo para alcanzar una solución política justa y pacífica al conflicto. Los niños de Gaza merecen vivir en paz, dignidad y seguridad, como cualquier otro niño del mundo.



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