El
conflicto en la Franja de Gaza ha alcanzado un nuevo nivel de devastación, con
un aumento significativo en el número de periodistas que han perdido la vida
debido a los continuos bombardeos del régimen israelí. Según el Comité para la
Protección de los Periodistas (CPJ) con sede en Nueva York, la escalada en el
asedio ha elevado la cifra de muertes de periodistas en el enclave palestino a
niveles alarmantes.
El CPJ informó que tres cuartas partes de los 99 periodistas
y trabajadores de medios que perecieron en todo el mundo en 2023 murieron en
Gaza como resultado de los ataques israelíes. Además, revelaron que la mayoría
de los periodistas asesinados eran palestinos, marcando un sombrío récord desde
2015 en la cantidad de vidas perdidas en el ejercicio de la profesión
periodística en la región.
En el contexto de estos bombardeos, el CPJ ha instado a una
investigación exhaustiva sobre las circunstancias de estas muertes, que en
muchos casos han resultado difíciles de identificar debido a la naturaleza
caótica del conflicto. La negativa de las autoridades militares israelíes a
reconocer la responsabilidad en estos casos ha aumentado la incertidumbre y el
dolor entre las comunidades periodísticas locales e internacionales.
Según Naser Abu Bakr, líder del Sindicato de Periodistas
Palestinos, más de 120 periodistas han sido asesinados en Gaza como
consecuencia directa de los ataques israelíes. Estas pérdidas representan un
impacto devastador en una comunidad ya diezmada por la violencia y la
represión. Además, se denunció la destrucción deliberada de la infraestructura
mediática en Gaza, evidenciando un intento por parte de Israel de sofocar la
libre difusión de información sobre la situación en el territorio palestino.
El Ministerio de Salud palestino ha registrado más de 28,775
víctimas mortales y 68,552 heridos en Gaza después de más de 133 días de asedio
y violaciones de derechos humanos. La reciente operación militar en la ciudad
fronteriza de Rafah ha dejado un saldo desgarrador de muertes, incluidas las de
niños y mujeres, y la destrucción de infraestructuras esenciales como
hospitales y edificios gubernamentales.
El asedio de Israel sobre Gaza no solo ha cobrado un alto
precio en vidas humanas, sino que también ha representado un ataque directo a
la libertad de prensa y a la capacidad de los periodistas de informar de manera
imparcial sobre los acontecimientos en la región. Es fundamental que la
comunidad internacional exija una rendición de cuentas por estas atrocidades y
trabaje hacia una solución pacífica y justa para el conflicto en Palestina.
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