Un reciente estudio advierte sobre las graves consecuencias
que las tasas de fertilidad en caída tendrán para economías y sociedades a
nivel mundial. Dirigido por el Instituto de Medición y Evaluación de la Salud
(IHME) de la Universidad de Washington en Seattle, este estudio de gran
envergadura involucró a cientos de instituciones y colaboradores de todo el
mundo.
Según las proyecciones, para el año 2050, más del 75% de los
países y regiones del mundo enfrentarán tasas de fertilidad insuficientes para
mantener el tamaño de la población a lo largo del tiempo. Para el 2100, solo 6
de 204 países y territorios mantendrán tasas de fertilidad por encima del
umbral de reemplazo generacional, fijado en 2,1 nacimientos por mujer.
El declive en las tasas de fertilidad es una tendencia
global que ha sido evidente en las últimas siete décadas. En 1950, la tasa
promedio de fertilidad era de aproximadamente 5 hijos por mujer, mientras que
en 2021, esta cifra disminuyó a 2,2 hijos. Más de la mitad de los países y
territorios del mundo están por debajo del nivel de reemplazo de población, con
lugares como Corea del Sur y Serbia registrando tasas inferiores a 1,1 hijos.
Se proyecta que esta tendencia continúe en las próximas
décadas, con tasas de fertilidad mundiales alcanzando alrededor de 1,8 en 2050
y 1,6 en 2100, muy por debajo del nivel de reemplazo. En algunos países como
Bután, Bangladés, Nepal y Arabia Saudita, se espera que las tasas caigan
incluso por debajo de un hijo por mujer.
El estudio también destaca contrastes significativos entre
países de altos y bajos ingresos. Mientras que en los países de ingresos más
altos se observa una disminución en las tasas de fertilidad, en muchos países
del África subsahariana estas tasas siguen siendo altas. En Chad, por ejemplo,
la tasa de fertilidad es la más alta del mundo, con un promedio de 7 hijos por
mujer.
Los autores del estudio advierten sobre la necesidad de que
los gobiernos nacionales planifiquen y aborden las amenazas emergentes a las
economías, la seguridad alimentaria, la salud, el medio ambiente y la seguridad
geopolítica que surgirán debido a estos cambios demográficos. Esto podría
implicar la necesidad de políticas que fomenten la inmigración ética y efectiva
o que proporcionen un mayor apoyo a los padres para compensar la baja
fertilidad.
El profesor Stein Emil Vollset, autor principal del estudio,
señala que nos enfrentamos a cambios sociales significativos a lo largo del
siglo XXI, con algunos países experimentando un aumento en la natalidad
mientras que otros enfrentan una disminución. La Dra. Natalia V. Bhattacharjee,
coautora principal e investigadora científica principal del IHME, destaca la
importancia del reconocimiento global de los desafíos relacionados con la migración
y las redes globales de ayuda en este contexto.
En resumen, el futuro de la humanidad parece estar en juego
con el declive de las tasas de fertilidad. Este estudio ofrece una llamada de
atención urgente para que los líderes mundiales aborden estos desafíos
demográficos de manera estratégica y efectiva antes de que sea demasiado tarde.
Redacción con información de RT En Español
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